Hoy nos hemos ido de ruta hasta el valle del genal, 52 hemos sido los participantes incluyendo los guias, ha hecho un dia estupendo por donde se a realizado el recorrido.
Fácil y cómodo recorrido por tres de
los pueblos del Alto Genal. El trayecto se realiza casi en su totalidad por
carriles bien marcados, además recientemente ha sido señalizada con balizas de
madera en color blanco y amarillo.
En Parauta podemos comprar castañas comercializadas como “La Pilonga de
Parauta”, riquísimas son las castañas en almíbar o al brandy; para comer
se encuentra el restaurante El Anafe, cerca del pueblo se encuentra la encina
Valdecillla, una de las más grandes de la Serranía.
Cartajima se caracteriza por su singular situación entre las rocas blancas y
las pardas, en su término se encuentra un precioso torcal conocido como Riscos
de Cartajima; son afamados sus mostos.
Júzcar posee parajes de gran belleza como la zona del Moclón, con baños en el
rio Genal, donde muy cercan perviven las ruinas de la Real Fábrica de Hojalata;
para comer se ha inagurado recientemente La Posada del Arriero, un restaurante
y hotel rural con rancio sabor serrano.
DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO:
Iniciamos nuestro
recorrido en la población de Parauta a 800 m. de altitud; nos encaminamos a la
plaza principal, quedando a la izquierda una callejuela con un precioso y
sencillo arco de medio punto, después afluiremos a la calle Salvador Márquez
dejando las últimas casas del pueblo y algunos de los pinsapos que exhornan sus
plazas y jardines.
Una vez en el carril terrizo aparece la Fuente Nueva con
refrescante y limpia aguas, unos enormes quejigos dan sombra a los viandantes y
los castaños comienzan a imponer su reinado en los campos y lomas que nos
rodean. Como norma seguiremos el carril principal, pero su tenemos dudas, no
debemos temer por errar el camino, ya que éste está marcado por una balizas de
madera de “Medio Recorrido”, (color blanco y amarillo).
Tras una cerrada curva a la derecha el camino desciende, sorprendiéndonos unos
altivos madroños, también se ven zumaques, encinas y diversas jaras; en la
lejanía y entre tanto verdor surgen las poblaciones de Pujerra y Cartajima,
nuestro inmediato destino; en lado opuesto, al oeste, se alza la enorme
mole del Cancho Armola, que en algunas zonas está recortado por precipicios.
Llegados al fondo del valle que forma el arroyo Nacimiento o Garduño, como lo
conocen por aquí, encontramos unas alargadas vegas donde proliferan los nogales
y caquis; junto al caudaloso arroyo dejamos las ruinas del antiguo Molino Real.
Proseguimos ahora en
subida entre los omnipresentes castaños, que donde dejan hueco lo
aprovechan los alcornoques para reivindicar su estatus de árbol noble y
mediterráneo. Tras los repechos finales y antes de llegar a Cartajima, nos
sorprendemos del tamaño de un frondoso castaño.
Entramos en Cartajima por la amplia y floreada calle Nueva;
recorremos sus pulcras y blanqueadas casas buscando el carril que se dirige a
las cabrerizas, si no lo encontramos, seguro que los diligentes y simpáticos-as
vecinos-as de este pueblo os ayudaran a recuperar a la trocha perdida.
Descendemos por el carril entre encinas, castaños y viñas, ademas, de la
compañía de las tortuosas formaciones calizas que emergen en la ladera de la
derecha, sobre la carretera; estos son Los Riscos de Cartajima y Júzcar, un
torcal poco conocido y cuyas caprichosas formaciones han sido bautizas con nombres a los
que se asemejan las figuras pétreas; junto al camino, algo por debajo existe
otra fuente con pilón.
La bajada acaba junto al lecho seco del arroyo Blanco, desde este momento iniciamos una leve
subida por un camino menos marcado, igualmente deberemos pasar por cuatro
angarillas, que por supuesto dejaremos cerradas tras pasarlas; en un margen del
camino observamos los restos de una enorme calera.
Afluimos a la carretera que une Cartajima con Júzcar, Faraján y Alpandeire y la
tomamos a la izquierda, una vez recorrido unos 150 m. dejaremos el asfalto para
descender a la derecha por un amplio carril hormigonado; bajo
nosotros asoman los tejados y la humilde torre parroquial de Júzcar.
Culminamos la excursión entrando por la calle Ereta.
En Parauta podemos comprar castañas comercializadas como “La Pilonga de Parauta”, riquísimas son las castañas en almíbar o al brandy; para comer se encuentra el restaurante El Anafe, cerca del pueblo se encuentra la encina Valdecillla, una de las más grandes de la Serranía.
Cartajima se caracteriza por su singular situación entre las rocas blancas y las pardas, en su término se encuentra un precioso torcal conocido como Riscos de Cartajima; son afamados sus mostos.
Júzcar posee parajes de gran belleza como la zona del Moclón, con baños en el rio Genal, donde muy cercan perviven las ruinas de la Real Fábrica de Hojalata; para comer se ha inagurado recientemente La Posada del Arriero, un restaurante y hotel rural con rancio sabor serrano.
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